martes, 1 de mayo de 2012

Conchita


¡Continuamos con estos comentarios que me cuestan relativo menos esfuerzo en época de últimos esfuerzos, de exámenes finales, y que paradójicamente tienen mayor acogida entre el público que las que me llevan más tiempo, sudores y lágrimas desangradas!

Ya hacía tiempo que no hacía ninguno, ¡desde finales marzo! ¿Qué mejor que aprovechar el poco espacio temporal sin el pánico estudiantil generalizado que conservo a duras penas en estas fechas tan señaladas por la universidad en continuar con la saga de los Pecados Capitales con mis CD Otome Drama, como yo los llamo (aunque podría bautizarlos de otra forma teniendo en cuenta que el personaje en cuestión se dirige a ti y no a una protagonista específica. Hay que agradecer esa cabeza de maniquí que tienen muchos micrófonos utilizados para los CD Drama, ¡dan una sensación...! ¡Vivan los cascos! ¡Vivan los auriculares! [Mmh, quizá deba escribir sobre esto en Plectro Nipón y de paso desarrollarlo más, como es debido]), de sádicos perdidos de fondo? Luego me voy a dormir contenta. ♥ ¡Ju, ju, ju!

En fin, ¡que seguimos con la saga de los Pecados Capitales! El primero que tuve el honor de decidir comentar en Otaku Hen fue el del pecado de la Lujuria, protagonizado por Gakupo, ¡en esta no tan fogosa ocasión pero sin carencia de fuego, caeremos en el pecado de la Gula!


¡Miku, la pereza (¡sorpresa!) y Gumi, la ira!


Cualquiera pensaría que un pecado capital de tres al cuarto como lo es este hoy en día no tendría tanta repercusión como el pecaminoso Duque de Venomania, ¡sin embargo!, la saga de los Pecados Capitales siempre acarrea sangre, relativa o masiva destrucción y una muerte mínima (con la que Kaito casi siempre está relacionada de una forma u otra). Suele haber también un castigo final (pero no siempre). Supongo que es de suponer, dada la temática.

La de la pereza es algo paradójica, porque matar da trabajo...

¡Ejam! Irónicamente, la canción protagonizada por Meiko que me dispongo a comentar es la que más muertos más o menos explícitos encierra. ¡Y no por eso es menos espectacular o menos apta para el humor!

No obstante, tanto la Gula como la Lujuria son especiales porque se pueden justificar como consecuencia y síntoma de una enfermedad (si bien el Duque de Venomania padecía más por el trauma infantil personal que por la ninfomanía. Ejumjim, ¡una cosa llevó a la otra...!). La protagonista de nuestro pecado de hoy, ni más ni menos que la gran Vanika Conchita, sufría de opsomanía: un tipo de manía que consiste en un deseo insano y obsesivo por un alimento o manjar especial. Y una cosa llevó a la otra. Nuevamente.

¿Me estoy adelantando? ¿Adelanto mucho con la introducción? ¡Muy bien, muy bien! ¡Sin más dilación, os presento a nuestra gran Conchita, habiéndoos facilitado la facilidad acostumbrada para verlo a lo grande!

¡No hay advertencia! Pero si sois sensibles en lo que a estómago se refiere, fácil no lo tendréis... ¡no es una advertencia! ¡Ni un consejo! Es la realidad.

Conchita

A mí me parece más divertida que abominable, ¡la verdad sea dicha!


Qué gracia me hace comentar una canción cuyo título y quizá perturbada protagonista poseen el mismo nombre que mi abuela, tía y prima por parte de padre (Conchita < Concha < Concepción). Como les dé por pasarse por aquí se van a pensar lo que no es... ¡qué suerte, nunca lo harán!

¡Bueno, bueno! Empecemos por explicarlo como un cuento, que le he cogido el gusto. Pero antes una pequeña aclaración sobre el significado de "epicúrea". Más de uno ya habrá estudiado a Espicuro y su filosofía y/o tendrá una idea, pero como dice el dicho, ¡más vale prevenir que curar!

¡Bien, bien! La razón de ser de esta palabra no es otra sino definir aquellas personas que se dejan llevar por sus deseos, instintos y necesidades y disfrutan de los placeres mundanos (o placeres a secas). Como el comer. Me pregunto si manjares semejantes, como los que hemos tenido la oportunidad de presenciar voluntariamente, se podrán considerar parte de esos placeres mundanos. ¡Pero no, no entremos en detalles, lectores, pilluelos!

Érase una mujer, a juzgar por sus medios para conseguir lo que le apetezca y su elegante gesto aristócrata, de la nobleza. No es extraño que lo sea: la abrumadora mayoría de los que encarnan los pecados capitales pertenecen a esta (el duque de Venomania, la reina Rin del Reino Amarillo...). Y si no, la mayor parte de la minoría está acomodada o es rica. Como Kaito y su avaricia. Ya se sabe, los que tienen posibles al alcance de la mano son más propensos a caer en el vicio, pues les es más sencillo obtenerlo. Oh, soy consciente de que hay solo siete, pero si contamos la interminable saga Evil a la que nos lleva el primer pecado cantado por los vocaloids; la Soberbia de Rin, por no hablar del resto... cuánto trabajo da esta saga...

¡Mmm! Érase que esta aristocrática mujer noble disponía de mucho tiempo libre, una eficientísima y leal pareja de gemelos sirviéndola y un cuerpo a prueba de calamidades, por lo que decidió invertir sus ratos y ventajas en algo tan productivo como el disfrute del paladar al experimentar sabores nuevos. A pesar de su aparente juventud, llegó un momento en el que ya había probado todo lo comestible. Por lo que lógicamente optó por lo incomestible. Lo que le gustaba era probar algo nuevo cada día, y en cantidades nada desdeñables.

Veamos su menú de la noche. Si nos fijamos, podemos discernir entre plato y plato los atributos de nuestros Vocaloid: las berenjenas de Gakupo, los puerros de Miku, el pulpo rosa de Luka (ella dispone de dos atributos que la representan: su cabeza caricaturizada con el cabello asemejando los tentáculos de un pulpo y el atún), el helado de patatas de Kaito (¡por Dios!), etc. Se puede pensar que se los está comiendo a ellos, pero sería adelantar acontecimientos. En lo que a mi humilde interpretación respecta, si Meiko, ¡Conchita!, paladea estas... exquisiteces, es porque su servicio consta o ha constado de los citados vocaloids como cocineros. Solo Kaito podría hacer lo que hizo con las patatas.


¿Qué hace Miku ahí en medio, nunca mejor dicho, si no ha salido sino es en mención en toda la canción...? Decorar...

También es posible que simplemente lo hayan intercalado para hacer la gracia, por supuesto. Pero si se pueden explicar las cosas, ¡las explicaré todas! Las que pueda. De las interpretaciones principales no carecerá el comentario.


¿Y cómo conseguía sobrevivir nuestra gran Conchita a tales corrosivos festines individuales diarios y, más importante, conservar su figura intacta? ¡Mmh! ¡El café del sueño eterno era bajo en calorías! En cuanto al veneno y la salud física, una de dos: o tenía antídotos a mano como condimentos complementarios más por preocupación de la leal pareja de sirvientes mencionados al principio que propia, o ha hecho un pacto con el Diablo. Ambas son plausibles, pero teniendo en cuenta la saga a la que pertenece la canción y que, según la traductora de la canción, cada noche organizaba una fiesta dedicada al señor de los Infiernos, decantarse por la segunda parece recomendable.

Pasa el tiempo y más o menos media canción y el cocinero responsable de la aberración de las patatas con helado que tanto éxtasis proporcionó a nuestra antiheroína pide unas vacaciones. ¡Qué comportamiento tan inexcusable! ¿¡Desde cuándo los cocineros de vaya una a saber qué tiempo ni universo tienen derecho a vacaciones?! ¡No se trata tan solo de una ofensa, sino de una traición en toda regla para alguien que vive únicamente por el placer del comer!

Y así empieza.

Bueno, bueno, a pesar de lo que se pueda pensar por la caprichosa y encantadora forma de ser de Conchita, en esta ocasión tenía sus razones, a juzgar por lo que se sugiere. El hecho de que Kaito sea el 15º cocinero de ese mismo año indica que sus predecesores huyeron ya sea por cansancio como por repugnancia. Apuesto por una dinámica combinación de ambos. También es posible que murieran de agotamiento con tanto trabajo, pero lo dudo tanto como que se los sirvieran en bandeja. El cambio se produce justamente cuando Kaito pide vacaciones.

A esas alturas nuestra hambrienta señora tenía que estar más que harta de cambiar de cocinero: su mano derecha, Rin, se encargó del resto. Lógicamente, su castigo no podía ser otro que la muerte en la olla. De esta forma incluso tal inútil era de utilidad (uh, no lo pienso de verdad, ¡malpensados!).

Así que se lo cocinaron.


¿El pelo está bueno? ¿¡Sabe a helado?!


Como ocurre con los animales que prueban la sangre humana, o eso dicen, le cogió el gusto. No. El vicio. ¡Cada persona alberga en su cuerpo un sabor único! ¿No sería un desmedido desperdicio dejar pasar la oportunidad de experimentar lo que nadie, y no penséis en los caníbales, ha podido ni podrá experimentar jamás, el sabor único, exclusivo de cada cuerpo humano a su servicio? No hay límite en la curiosidad de la lengua, ¡quería conocer todos los sabores existentes en el mundo!

No es extraño que al primero que quisiera probar tras Kaito fuera Len. ¡Ja!

Me niego a explicar o siquiera teorizar sobre el contenido del segundo menú. XD

¿Qué? ¿Queréis que escriba algo al respecto? No me cabe duda de que el pensamiento de alguno exclamará "¡No, pesada!". Estoy convencida, asimismo, de que "Pasta larga y fina, muy larga y muy fina", "Vino rojo como la sangre, o sangre, en realidad" y, más importante, "Censurado: Contenido Adulto" hablan por sí solos. ¡Mj, mj, ju, ja, JA...!

Empezando por su 15º cocinero y terminando con su mano derecha, la doncella perversa Rin (qué conveniente juego de palabras), devoró todo lo que pudiera morder en su castillo. Una vez sola, sin nada que comer, su enfado comenzó a crecer (hasta el momento había hecho gala de una envidiable calma y serenidad...) y, según algunas versiones, prende fuego a su amplio hogar. Entonces, al ver su mano derecha literal, se percató de que le quedaba algo por probar. Crudo.

¡Nadie sabrá cuál era su sabor!

Cómo consiguió devorarse a sí misma, mejor no saberlo. Finalmente, se hace un repaso de todo lo que se ha comido durante el trascurso del pecado y Conchita desaparece dejando tras su vacío aquellas puertas que parecen emular las puertas del Infierno.

No creo que un final con tal extremada felicidad para nuestra gran Conchita pueda considerarse un castigo, pero vamos con la moraleja: ¿a qué lleva comer cualquier cosa? ¡Al canibalismo propio! ¡No comáis lo primero que os encontréis!

¡Uf!

¡Que entre la estrella del firmamento musical! De esta entrada.

¿No tienes frío? =w=
Y - Deberías. =·=

Meiko - [Guiño] ¿Quieres aprender a entrar en calor, Master?

Y - [Tiene el mismo color que Ace...] =_=*

Kaito - Master, e~s la primera vez que te encuentras con Meiko.

Y - Sí...

Kaito - [Serio] Dale alcohol.

Y - Pero si yo no... ò^ó

Meiko - [Húmedo brillo ocular]

Y - [Va,vuelve y lanza latas y helados]

Kaito y Meiko - ¡Ahhh~! ♥

Meiko - ¡Fiesta!

Y - Mejor no.

Kaito - ¡Te quie~ro!

Y - Hablar con tus helados solo harán que nos confundas, Kaito. =^=

Meiko - ¡Ka-ra-o-ke, Ka-ra-o-ke!

Y - Si juntáramos esta canción que nos concierne con la Eat Me de Gumi... *^*

Len - [En el rincón de Yui]

Y - ¡Anda! Hacía tiempo que nadie lo usaba. =º=*

Len - ¿Por qué tengo que ser el sirviente estúpido?

Y - Porque eres ingenuo, doncella.

Len - ¡Deja de llamarme así, Master!

Y - ¿O qué? ¿Me dejarás más sorda de lo que ya me has dejado? Tengo tapones para los oídos. =w=*

Len - ¡¡AAAAAHRR!!

Y - Aah, yo también creo que Len debe ser delicioso...

Len - ¡No me trates como un trozo de carne!

Y - ¡Oy! Acabas de gritar algo muy lindo, monísimo, francamente adorable... lo entiendo, lo entiendo, quieres que te ponga las manos encima.

Len - [¡Horror!] ¡Master...!

Y - [Pasito adelante] Oh, vamos, puedes correr pero no esconderte ni saltar por la ventana... =¬=

Len - ¡Hiii! [Corriendo atrás]

Meiko - ¡Ka-ra-o-ke, Ka-ra-o-ke!

Y - [Con Len pataleando en volandas] ¡Tómate un descanso, tanto trabajo, tanto trabajo...!

Kaito - Master~, ¿dejas que Miku cierre la entrada?

Y - No. ¡Uh!, ¿qué? ¿Por qué?

Kaito - Po~r...
¡Se ha colado! O0Ó!
Kaito - Compasión~.

Y - ¿¡Ahora vosotros también vais a hacer lo que os dé la real gana?! ¡Pero esto qué eeees!

3 comentarios:

  1. ¡Oh, en esta ocasión le toco a Meiko!
    A mi me da un poco de asco. La expresión de satisfacción de Meiko la muestra altamente satisfecha… Me pregunto si comería su plato luego de ver como el chef lo prepara… OwO
    Creo que el impacto de ver un cuerpo descuartizado es algo que solo unos pocos pueden soportar. Aunque Meiko parece ser imperturbable… =w=
    Igual, estaba completamente loca para comerse así misma… Lo que deja como enseñanza, (y no digo que la tuya no sea factible) que todo aquello que se hace sin límites, puede crear una especie de adicción que autodestruye… =w=
    Jujujuu… Me parece genial el final, si hace el mal comiendo personas, es muy seguro que en el infierno tengan reservado un buen castigo para ella… ¿Le gusta comer a tal punto de auto devorarse? Jujuju, no tendrá nada para degustar~

    El cabello de Kaito, quizas tenga sabor al crema del cielo. XDD

    Pobre Len, siempre catalogándolo de alguna forma que no es conveniente para nadie… U_U Quien es realmente perversa es Rin… Por cierto, tenes toda la razón con lo del juego de palabras. XDD

    Me encanta Meiko y su espíritu festivo. Quien me da penita es Miku… Pobrecilla, dejada de lado de esa forma… UwU
    ¡Kaito siempre tan adorable!♥

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  2. Ya iba siendo hora, ¿verdad que sí? Suele ser divertida, esta chica. XD
    Valga la redundancia. XDD

    Mmm, Meiko es una dama de alta alcurnia, no creo que se rebaje a ver trabajar a sus criados. Aunque en algún momento, digo yo, tendría que cocinarse ella misma la comida. XD

    Es lo mismo que con los animales: para ella no es más que un plato exquisito que la lleva al éxtasis degustativo. XD

    Sí que lo está. Loca por los sabores. XD

    ¡Exacto, exacto, es una buena moraleja para toda la saga de los Pecados Capitales! ¡El exceso lleva a la destrucción de uno mismo! Quizá, entonces, ¿nuestra obsesión nos lleve, Debrah? XD

    No creo que Meiko haya o vaya a ser infeliz en toda su existencia. Esta mujer sabe disfrutar de la vida. XD
    ¿¡Cómo es que te gozas en la idea del castigo?! ¡Ah! ¡Es porque se ha comido a Kaito...! Yo habría empezado por Gakupo, ciertamente. El helado va para el postre. XD

    ¿¡En serio?! XD

    En realidad para el único que no es conveniente es para él. XD
    Jo, jo, jo, ¿te ha gustado lo del Eat Me? XD

    ¡Que no te dé pena, compasiva! XD

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  3. Meiko es genial. Es encantadora y sumamente refrescante. XDD

    Si se comió cruda, quizás no necesitaba acercarse a la cocina. XDD
    Uff, eso es asqueroso. Aunque sobre gustos... Quizás sea excitante devorar algo que jamás hayas probado, aunque tambien puede que no te guste. Pero por lo visto a Meiko le gustaba todo. XDD

    Umm, no lo sé. Siempre intentamos medirnos, ¿no? Bueno, yo lo hago. Pongo una gota de control sobre esta inusitada obsesión. XDDDD

    Yo creo que siempre hay algo que puede ocasionarte dolor. Asique ella no esta libre de eso. XD
    Claro, es porque se comió al chico azul...TwT
    Deberia comerse a Gakupo y a nadie más. XDDD

    Puede ser. Él es como un helado, ¿no? XDD

    ¡Para nadie que lo aprecie tanto como para no hacerlo llorar! XD
    Me parecio buenísimo. XD

    ¡No puedo, Yuki! ¡Mirala, esta enojada y encima esta sola tirada en un rincón! ¡Y ese osito es adorable! Toda la imagen lo es. XDDD

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