lunes, 7 de agosto de 2017

Transparente 09 - Cadena

FLAGELADME PORQUE HE PECADO, soy más lenta que un caracol sin lubricante. Flageladme, porque entre la ola de calor, la tesis, el videojuego y la playa no doy abasto. Luchando contra los calores estoy, y contra el paro también. ¿Y el éxito? ¡En ninguna parte! Contra el vicio no lucho porque eso ya es batalla perdida.

Después de ver Spiderman: Homecoming he corregido la cronología de Transparente, no os extrañéis si de repente no os acaban de cuadrar las cuentas a los pocos que leéis esta historia desde el origen de las publicaciones. XD

Strange sabe la verdad, Oma la ha sabido siempre y queda por saber si alguien más la conoce ni que sea de vista.

Hay quien que está en la luna,
hay quien lo es. 

La luna asomaba como la espía que era en la secta mágica de Kamar-Taj, bañando con su pálida y fresca luz las tejas del tejado, las piedras del suelo y el bulto que formaban Oma y su doctor. No podemos culparla por iluminarlos descaradamente, hasta un satélite ancestral se siente tentado de echar una ojeada por el enrejado oriental de la ventana si detecta un lenguaje corporal gracioso, y la postura de Strange espatarrado en el suelo era graciosísima.

Oma yacía enroscada a su torso, con la oreja empotrada en la zona pectoral ajena como un gato que se restriega contra el cajón de las especias. Stephen (vamos a llamarle Stephen, que ya hay nueve capítulos de confianza) hacía lo propio con cara de Que me maten ya. Si es que era mucho por procesar, y no en el mejor momento. Es como cuando caes en la cuenta de que esa amiga que lleva diez años si no toda la vida compartiendo piso con tu tía... no es una amiga. Y ¡catacrac! Rotura de cristal: la cama de matrimonio, los dos perros en común, esos detalles de los que los sesos pasaban olímpicamente, ¡todo cuadra!

Tal cosa le sucedía al espatarrado, inerte y boquiabierto Estefano (vamos a llamarle Estefano, total, no nos oye), que iba anudando y desanudando la maraña de enredos que era esa "muchacha" a la que solo le faltaba ronronear. Resulta humillante admitir que creía a pies juntillas que merecía una acosadora por méritos propios (cosa que técnicamente sí, se había ganado), y no por razones mágicas irracionales.

En la somanta de palos que se había desatado en el lóbulo temporal de Strange, el primer recuerdo en atizarle la patada a una neurona no fue su heroico rescate en cumplimiento del juramento hipocrático: fue la mañana de la resaca. ¿Entonces ella era el visón?

- Sí... - decía la que le robaba impunemente la calidez - Cabía esperar que me regalaras a la protectora a la primera de cambio, tú que solo piensas en ti, pero tengo el defecto de ser optimista.

La verdad verdadera era que llevaba una vida muy ajetreada para mascotas exóticas, ¿y por qué tenía que ser exótica, a ver? Menudas preguntas, evidentemente resultaba un poquitín más complejo endilgarle a otro una exótica que una común. Además estaba aquello de que a una bruja le había salido redonda la jugada-visón, quitando el obstaculillo de la pelea de ratas, y claro, había querido probar suerte, pero eso se lo calló.

Tampoco pensaba comentarle que no repetiría la experiencia, que cuatro días de sobrealimentación para hacer crecer ese cuerpecillo peludete no era un precio que estuviera dispuesta a pagar sin huidas pies para qué os quiero en la ecuación. El doctor no tenía ninguuuna necesidad de saber que su predecesor le había pegado los planes de bombero torero y sus nefastas consecuencias con bozales de por medio.

¿Y a quién le robaba la manutención, si podía saberse? Porque no iría a engatusarle con ese encantador juego que son las múltiples definiciones de "verdad" jurando que lo creaba ella misma a partir de sus moléculas, que todo tiene un límite y este se llama calderilla. La femenina carcajada tintineó por la celda como si quisiera que solo el doctor, y no la luna, se enterara.

- A Tony Stark. - susurraba henchida de orgullo, sin separar los cerrados párpados de ese pectoral tan involuntariamente acogedor - No lo siento, es personal.

En cierto despacho de la más alta y narcisista torre con las más grandes letras neón-campanilla que el mayor arquitecto del gremio de la farandula hasta arriba de LSD imaginarse pueda, el contable de la familia Stark se llevaba las manos a la cabeza una media de cada tres por dos. La calvicie era su sino. El de Pepper, casi seguro que también.

Estaba preparada para relatarle el periplo de la starky-tarjeta de crédito, pero él no preguntó y hubo que quedarse con las ganas.

Permanecieron otro ratito en silencio, bañados de blanca luz cotilla. Strange posó la mano en la coronilla cada segundo más próxima a fusionársele con la cavidad torácica, ¡Dios! cómo le gustaba apretujarse. Los labios de la gata dibujaban una sonrisa de las amplias.

O sea que básicamente ahora era su dueño.

- Desde los primeros minutos en que vine a este mundo.

Y él no tenía ni voz ni voto en aquello, claro estaba.

- ¡Desde luego que tienes elección! Todos tenemos elección. Puedes suicidarte.

¡Podría haberle curado!

- No, no, no, a mí no me cargues el muerto que yo entro en la categoría de información y estratagemas, cumplo unas restricciones tan sencillas como específicas. ¡La culpa es tuya!

Al oír que el mínimo era haberle facilitado cómo curarse, ahorrándole tiempo, dinero, tormento, las órbitas de la interrogada giraron en todas direcciones. Es bastante evidente que ella ni quería ni tenía por qué ahorrarle (ni ahorrarse) un solo punto de la lista.

- ¿Qué culpa tengo yo de que no me quisieras preguntar en verso? ¿Qué culpa tengo yo de que el común denominador humano sea tan tonto o tan vago que prefiera la ignorancia a rimar? ¿Qué culpa tengo yo de que si te dicen que ni mojes ni alimentes al bicho después de medianoche te entren más picores que a un toxicómano en una droguería?

Claramente en cierto punto ya hablaba para sí, o mejor dicho murmuraba, pero tanto Strange como el satélite ancestral oían bien y escuchaban mejor.

- Farmacia. - ¿qué os he dicho?

Sinceramente, habría ayudado que no fuese tan críptica. Ya me dirás qué necesidad había de ir con la verdad por delante y no demostrarlo antes. La "jovencita" le colocó bien colocada la mano sobre el pecho para alzar la barbilla y mirarle directamente a los ojos desde esa insoldable distancia de tres centímetros.

Por un segundo interpretó que quería un beso, agarrotándosele la columna en consecuencia porque el escalofrío vértebra a vértebra sabe a poco. Pasados dos segundos más sin violencia bucal supuso que pretendía expresar seriedad, pero estaba tradicionalmente predispuesto a no tomarse en serio nada de lo que viniese de esa... mujer... cosa... Oma.

Los hábitos varían, ¿qué le había dicho la Anciana? Vaciar el vaso para volver a llenarlo. ¿Por qué no cambiar el prisma con que miraba a Oma igual que acababa de hacerlo con los ojos con que veía el mundo? ¡Aj! Porque la conocía.

- Sigue sin ser culpa mía: es porque tienes un corazón cínico y arrogante, lo que se traduce en que eres quebradizo como el cristal. - dijo la muy descarada con la total sinceridad 100% asegurada que traía de serie y dolía el doble - Me veía obligada a exponerte el tema con tacto y delicadeza y...

¿¡Delicadeza?!

- ...t-te podría haber dado un infarto si no...

¿¡TACTO?!

- ¡No llevo ni seis años en este mundo! - explotó en un chaparrón de brazos y piernas pataleantes - ¡No me pidas la perfección!

Oh, cielos.

- ¿He satisfecho tu curiosidad?

Un dolorido Strange asintió.

- Puedes hacerme más preguntas. Me encanta que me hagan preguntas.

La cabeza del dolorido Strange dijo que no.

- ¡Pues vámonos! - espetó levantándose y metiendo medio cuerpo debajo del camastro en el mismo bote.

Si hubieran tenido tiempo, el dolorido Strange que a esas alturas ya pasaba de todo le habría preguntado por qué. Sin más. Alguien se gasta todo lo que le queda en agarrarse a un clavo ardiendo y luego van y le abren el tercer ojo no le apetece marcharse cuando ni se ha llegado a instalar.

A lo que ella podría haber argüido que madre suya de su vida con su estatus de adolescente marisabillo permanente, que esa gente no creía en las admoniciones bíblicas de ama a tus enemigos, bendice a quien te maldice y haz el bien a quien te odia. Esa gente creía en arrearles un guantazo. Si hubieran tenido tiempo...

Cuando dejó de rebuscar y salió de rodillas con un par de objetos en mano a los que la luz lunar arrancó mil destellos, no solamente el satélite brindaba compañía no deseada.

Ante ella, altiva, la vio. Una horrible figura de tez más blancucha que la luna, terrible figura de dedos entrelazados tras la espalda, mirada limpia y sonrisa apacible. Oma bajó, cuidadosa, todo cuando su mano sostenía. Colocado en el suelo. Oma subió, lenta, y prudente, todo su cuerpo libre de amenazas. E igual de inofensivamente deslizó los pies en lo que parecían ser unos zapatitos de cristal. Strange sopesó la validez del No es lo que parece.

- Para disponer del don de la sabiduría... - empezó con sorna la Anciana.

- No.

Quiso usar escudo al buen doctor, pero él no se dejó.

- Podría haberlo pasado por alto si no tuvieras las manos tan largas.

- No. No.

La anciana demasiado bien conservada le dedicó una sonrisa indulgente. Los pelos como escarpias.

- ¡No! ¡No! ¡No!

- No se rompen tantas normas. Devuelve lo que has robado y...

- ¿¡Para qué?! ¿¡Para que nos abandones en la vitrina?! ¡Para que nos uses y nos tires!- estaba chillando muy mucho - ¡Nosotros también tenemos sentimientos! Amamos el calor de una mirada, ¡sufrimos la indiferencia! La única diferencia es que yo tengo piel y carne y hueso y boca y puedo decírtelo: ¡sois vosotros los insensibles! Si me pinchas sangro, si me haces cosquillas me río, si me envenenas...

Pero hasta quien pierde el oremus sabe cuándo da demasiada información.

- Tenemos alma, tenemos alma, tenemos alma... - un hilillo de voz.

Con cada sílaba que pronunciaba, Oma serpenteaba hacia atrás. La Anciana emitió lo que podría definirse como un ja nervioso, lo que viene siendo imposible porque a ella podían asaltarle la secta a decapitación limpia y no se la vería ni levantar la ceja de lo calmadamente que mantenía la calma.

- No temas. - para entonces ya estaba detrás de la silla.

Aquella situación requería don de gentes.

Hubo: gemido, lanzamiento de marco, apertura de ventana a sillazos. Salió por ella despedida en los nanosegundos que tardó el célebre marco en incrustarse en la cara del buen doctor. Se le resbaló de la epidermis lo justo y necesario para que su vista alcanzara a ver la polvadera que iban dejando tras de sí los pies de la niña. La Anciana no movió un pie. Cuando él se asomó, la luna se ensañó a pleno fulgor con la bonita escena de Mordo fregando el suelo con la cara de su ¡oh...! ¿Su?

Aquella situación requería don de gentes o saltar por la ventana, y Oma no llevaba ni seis añitos en este mundo.

Lo vio en aquel par de pupilas titilantes. Ese pedazo de cacho de esquirla hecha carne y piel y hueso y boca no reservaba la más mínima fe para Strange, no le cabía la más ínfima duda de que la abandonaría. Quién puede culparla, la costumbre era que todos y cada uno de sus amos la usaran y la desecharan.

No lo hizo.

Continuará...

El escalofrío vértebra a vértebra se reserva a temores menores como accidentes de coche. [Guiño]

2 comentarios:

  1. A ver, a ver, a ver... salseo. ¿Stephen y Oma no habrán...? ¿O solamente es que Oma tiene tendencias gatunas?

    La referencia a Rachel Morgan xDD

    Me gusta que sigas dejando claros detallitos de cómo funciona lo de Oma y por qué come tanto. Creo que en otro capítulo ya lo habías dejado caer (¿o quizás fue en una de nuestras charlas?), pero nunca sobra recordarlo.

    Delicadeza y tacto? Oma? *le pone la manita en la frente a la autora a ver si tiene fiebre*

    Me ha gustado la escena con la Anciana. Creo que la has reflejado muy bien y me parece una escena que podría tener lugar perfectamente.

    Huy, huy, huy, a ver qué pasa ahora. Seguro que Oma aún las lía más. Y me gusta el patinazo mental de Strange ("su...") xDD

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    1. ¿Por qué todo el mundo piensa lo mismo? ¿Y por qué nadie me flagela?
      No la deja besarle, le va dejar hacer otra cosa que no sea abrazarle... XD

      Estoy llena de referencias. [Se pone las gafas de sol y se oye un grito en la ciudad]

      Tanto en capítulos como en nuestras charlas sin fin. XD
      Ay, la anatomía de Oma, que chupa más párrafos que toda la secta kamar-tajera... XD

      [Le pellizca la manita] ¡Yo estoy bien! Es Oma la que usa el don de la sabiduría y siempre dice la verdad como le da la gana. XD

      [Se llena de orgullo y satisfacción] Sabes llegarme a la vanidosa patatuela, Lara de mis entretelas~♡

      Teniendo en cuenta el Rosario de la Aurora que se ha montado en sus lóbulos cerebrales lo raro es que no se haya estrellado directamente. Se le da bien. XD

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