miércoles, 19 de julio de 2017

Transparente 08 - Vitrina


Con esta horrible ola de calor no apetece escribir... ni levantarse ni sentarse ni hacer nada que no sea estar pegada al ventilador. Bienaventurados los que viven con aire acondicionado.

Nos ha costado, pero por fin hemos llegado... ¡Kamar-Taj!

Por si hay alguien por aquí del otro lado del charco, ha llegado a mis sentidos receptores que conocéis a la mentora del doctor como "Ancestral", pero yo soy española y aquí se la conoce como la Anciana. Dicho esto...

De paseo por el multiverso~

Un corazón cínico es... complejo. Poco dado a dejarse conmover.

Ya pueden esos ojos a los que irriga el líquido vital ser testigos de cómo los dioses descienden a este mundo, ya para dominarlo, ya para defenderlo, de cómo la avaricia humana no monetaria genera musculosos monstruos color chillón, de cómo se abre en el cielo un agujero que ríete tú de la capa de Ozono para dar paso a los demonios: ese órgano sanguíneo bombeará, se sosegará y seguirá a lo suyo erre que erre.

Ahora bien, hasta el más cínico y arrogante y amante del autoengaño reconfortante de los corazones queda conmovido si una bien conservada anciana a la que denominan la Anciana (claramente se rompieron la cabeza) le abre el tercer ojo. Y un corazón cínico conmovido se traduce en resistencia. Cabía esperar que no explotara a la mínima ni le diese por lanzar espumarajos por la boca, o esa esperanza guardaba la que tan solo sabía leer el movimiento ventricular de los hombres.

De momento la cosa se tildaría de inmejorable, el corazón de un Stephen Strange con cara de casi ictus pero en plenas funciones corporales y más o menos cognitivas asistía a la extraña visión de su pálido par flotante, alrededor del cual moléculas de vidrio flotaban y se balanceaban al son de sus latidos, rodeaban sus manos y brazos y espaldas amorosamente, acariciaban sus mejillas sin arañarlas, y el bombeo iba... bien, no iba mal.

Y entonces, un latido: desplegado enjambre de vasos sanguíneos.

Dos latidos: médula, huesos, vísceras.

Tres latidos: carne, piel, arrugas, tejido de decencia.

Boquiabierto contempló a la octogenaria que meneaba cascadas caderas, revoleaba cabellos cenicientos y canturreaba con vozarrón desafinado al tempo de sus zancadas lo que únicamente podía excusarse por el muchísimo tiempo que había estado aguardando ese espectacular momento de exhibición:

- ¡Puedo ser fea, oronda, un ser vil,
fea de voz, cabello y perfil~♪! - meneo circular de caderas -
¡La la la la, la la la la la~♪!

Y acabada canción y reverencia, se disolvía desde la punta de las uñas del brazo extendido hasta los talones de los pies y las hebras del cabello.

Lo peor sería que no era lo más raro visto por sus irrigados ojos hoy.

El viaje a Kamar-Taj, quitando el detallito de que le había costado los entrecomillados "ahorros que le quedaban", estuvo exento de dificultades. No se puede considerar dificultad ir en turista, ni la comida del avión, ni el par de presencias consecutivas de una niña y una azafata tan tragonas que le recordaban lo que prefería ignorar, ni... ¿se había puesto de moda aquel mamotreto de marco tan hortera o qué?

Ni siquiera que estuviera siendo escrupulosamente vigilado, no. Primero, porque era por su propio bien, y segundo, porque no lo sabía, y la ignorancia además de un grado es un alivio.

Sin dificultades, en suma, como la seda, igual que su vida entera, ¿o no, Strange? ¿La orfandad? Mera piedra en el camino que arrojas a placer como perfecto pretexto a tus atropellos, nada como que te eximan de responsabilizarte de tus actos.

A lo largo de vuelo contempló largamente el reloj que le abrazaba la muñeca más de una vez. Ya en su destino, más dejado de la mano de Dios de lo que cabe esperar de un lugar de interés que es de interés justamente por su espiritualidad, volvía a perder la mirada en él. No es que tuviera prisa.

Otrora dispuso de un cajón completo de esos cofrecitos de tiempo, cuyos pequeños compartimentos giratorios daban relumbre a su lujo. Ahora solo conservaba aquel, bagatela material, tesoro material, alegoría de su estado presente tal que cierta pobre alma en desgracia se lamentaba de no haberle regalado nada no digerible cada vez que el peor conductor del mundo contaba los segundos.

Con el mismo instinto que le había guiado hasta el momento, Stephen Strange hizo lo que mejor sabía hacer: dar un mal paso. Hasta ahí llegó el trayecto sin dificultades. Para ser tan inteligente el doctor era un auténtico zopenco, ¿qué le costaba consultar un mapa? ¡Pues no va y se mete en un callejón incita crímenes!

¿Qué pasó? Lo que tenía que pasar: forajidos. Lo mismo daba que alegase que no tenía nada, pisar el callejón era ponerse ofrecido y que se vieran obligados. Obviamente le atacaron, más por costumbre y respeto a la profesión que por el botín, digo yo. Obviamente se les impidió, no fuera a ser que el niño bonito sufriera el más mínimo rasguño. Y obviamente ningún lugareño se jugaría el pellejo por un zopenco, ¡qué digo! ¡Ningún ser humano racional! Esa era tarea de animal.

Un perro negro como la noche y grande como un caballo emergió de la nada en el callejón criminal para lanzarse, mordisco va, mordisco viene, a por los agresores. No podía esperar que al final un ser humano (obviamente irracional) interviniera para bien, sorpresas te da la vida. El doctor era un hombre de excesiva fortuna.

Mascando un sabroso brazo con regusto a roña estaba la bestia ñam que te ñam cuando apareció el buen samaritano cuyos modos y vestimenta gritaban a los cuatro vientos que era brujo y merecía atención. Con un gemido tal que ¡iiiic! el perrazo meneó los cuartos traseros para quitarse de en medio tan discretamente como se había metido, cediendo méritos.

Cruel ironía, ya que como todo conocedor y fanático de los cuentos de hadas que se precie (y nuestro masculino protagonista también desde que la loca entró en su vida, indirectamente y por tener oídos en la cabeza hueca), todo hombre y mujer pero sobre todo hombre de buen ver que fuera rescatado quedaba irremediablemente ligado al benefactor, románticamente hablando el 90% de las veces. ¿Qué pensaría cierta alma? ¿Estaría aún más en desgracia?

Como el doctor era un desagradecido, lo primero que hizo no fue llegar a conclusiones MordoxStrange y viceversa, no. Poniendo en el proceso su semblante más triste, ojeroso y apesadumbrado, fue devorar ocularmente el reloj resquebrajado que le devolvían, cuyas manecillas no volverían a girar. Simbolismo a la carta.

Ahora está tan roto como tú, pensaron los adentros de cierta alma.

Estrechando la tendida mano del tal Mordo, el maniobseso se puso en pie, ¿para qué? Para dar pasos. Uno para encontrarse con la Anciana, otro para abrir el espíritu al multiverso, dos atrás para ser rechazado, ninguno para esperar horas a la intemperie hasta dar tanta pena que lo aceptaron. Casi que demasiadas emociones en un día.

En la celda, el buen doctor. En la mano, la clave del wifi. En el techo, Oma.

Cayó con un ¡PATAPOM! Strange ojiplático.

Cabía esperar un Creía que no se iba a ir nunca o un Sabía que se iría pronto, un sartenazo en la cabeza ni que fuera, cualquier cosa que aligerase el ambiente. Lo que hizo fue reírse.

- Tienes el corazón desbocado.

Menos da una piedra.

Solita se levantó, que él no estaba para ayudar a nadie, solita se pasó el dorso de la mano por la nariz goteante de translúcida sangre.

- ¿Ahora me crees? - expectante.

Qué oportuna habría sido la aparición de un grillo salvaje y su trino, además de súperefectivo.

- Sí.

La inmerecida sonrisa que le brindó a aquel que solo le seguía la corriente fue tan radiante como el millar de volutas de esquirlas en que se deshizo.

Continuará...

¿El casi ictus digievolucionará a infarto de miocardio? ¡Misterio, intriga, dolor de barriga!

4 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu capítulo, deja con ganas de más, es muy onírico en cierto modo y hay una mezcla o contraste que me gusta entre seriedad y un particular sentido del humor. xD

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    1. [Su vanidad croquetea] La canción versionada de Madam Mim le da el toque mágico, ¿verdad que sí? XD

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  2. Ha estado muy bien.

    Ay, la referencia a Madame Mim xDD ¿Soy la única que se tapaba la cara cuando de repente se retiraba las greñas y aparecía una cara de cerdo? A mí en general toda la escena de Madame Mim me daba un mal rollo increíble.

    ¿Qué demonios tendrán los callejones incita-crímenes para que la gente se meta allí sin pensárselo dos veces? xDD

    El pobre Strange no gana para sustos, eh.

    Voy a leerme el siguiente!

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    1. Ese entusiasmo. XD

      ¿Que te da mal rollo? Pues a mí desde chiquitaja me parecía encantadora. No... la palabra es... ¡divertida! Yo apuntando maneras desde siempre. XD
      ¡Es que puede hacer y ser lo que sea! Y encima lo pregona con su canción de presentación. ¡Es loca, magnífica, clásica, es Madam Mim! XD

      ¡Qué tendrán los que se meten en ellos! XD

      Merecido se lo tiene por meterse en callejones criminales. XD

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