He tardado un poquito de nuevo... ¡no me juzguéis! Estoy en temporada alta de papeleo para la tesis doctoral. Aif. ;^;
Lo dejamos en la cabeza del doctor Strange recordando cómo fue ese sin duda maravilloso momento en el que pasó de "ver" a "conocer" al espejo mágico. ¡Sigamos!
¿Que las chispas prenden?
Era una noche sin estrellas.
Un neurocirujano de renombre felizmente casado con su trabajo tiene tiempo para un surtido selecto de cosas en los escasos descansos fuera de quirófano, y atender los caprichos de una niña rica no forma parte del mismo. Probablemente esa constituía la parrafada que más le habría repetido después.
Sin embargo, ahí estuvo siguiéndole la corriente a la presunta niña, ahí se había metido él solito como quien no quiere la cosa fuera del selecto surtido, quizá por aburrimiento, quizá porque al final la ponencia no había resultado tan interesante y hubiera deseado tener la misma facilidad para entretenerse con las olivas.
Por supuesto que no se había acercado a la cría porque se hubiera pasado los primeros meses de aquellos cuatro años comiéndose las uñas hasta la raíz día sí, día no ante la ineptitud de Bill para conseguirle casos más interesantes y quisiera poner a prueba sus funciones cognitivas, por supuestísimo, ¡ni siquiera la había reconocido!
¿Nos conocemos? Nos conocemos, y la joven extendía las faldas para hacerle una reverencia en lugar de saludarlo como una persona normal, esa cosa que no era. Primero se lo tomó como una excentricidad, luego como un chiste cuando le tendió el dorso de la mano. Él se la quedó mirando, ella bailoteó las cejas.
Que si chinchín, que si ñom ñom, que si así que "Espejo mágico", que si ja, ja, sí, ¿"extraño"?, que si por favor esos chistes fáciles no, que si era europeo, y más jajás y más chinchín y para cuando se quiso dar cuenta el alcohol en vena era alarmante y no estaban en la fiesta, sino en un banco del parque con el femenino espejo mágico echado en sus brazos, susurrándole al oído que ahora que controlaba su cuerpo la soledad ya no sería una opción nunca jamás de los jamáses, quisiera o no quisiera.
El célebre médico, en su beoda lucidez, ignoró lo superfluo para mirarse en aquel par de ojos brillantes de mar efervescente y preguntarles quién era la más bella del reino, ¡en verso!
- Espejo, espejo mágico, dime una cosa... - ¡hip, hip! - ¿Quién de este reino es la más hermosa?
- Te lo diré, mi amo y mi rey. - respondieron estos al tiempo que los brazos se le enroscaban más al cuello - Cristine Palmer la más bella es.
El rey boqueó desconcertado, abertura que el espejo aprovechó para besarlo, entrechocar la lengua, pasearla por el paladar, la campanilla, toda la cavidad, y cometer regicidio imprudente al atragantarlo.
- ¡La más bella es Blancanieves! - logró articular después de toser medio esófago o quizá más.
- La belleza es subjetiva~. Detalles como que según los estándares de hermosura occidentales esta apariencia mía sea más remonina que la suya ni cambian ni significan nada, porque para ti la más bella entre las bellas es ella. - suspiró, reflejando en sus ojos la nulidad de estrellas del firmamentos urbano - ¿Acaso no cree el que ama la rana que es estrella diana?
Continuó la errónea y un pelín idealista reflexión un ratito (durante el que estuvo distraído), alegando que el amo no miraría dos veces a otra fémina que no fuera la doctora de sus entretelas, ni siquiera aunque Natasha fuese a ponérsele ofrecida. ¿Quién era Natasha? Un incordio de pelirroja.
- ¿El espejo leía la mente? - ya estaba como ido.
- El don de la sabiduría y sinceridad permanente, amo. La omnisciencia ya sería pasarse. - pellizcos al ido - Al igual que el genio de la lámpara maravillosa ni resucita muertos ni cambia emociones, esta tu servidora ni ve el futuro ni el corazón ni la mente: solo presente y pasado, lo que viene siendo lo tangencial y objetivo, ¡y ya es demasiado!
El amo abrió un segundo la boca, luego se lo pensó mejor y la cerró. El espejo hizo un mohín.
- ¿Cómo sé quién es la más bella entonces? Hechos. Y los hechos son que solo prestas atención a esa mujer, al igual que en el caso de la reina Grimhilde los hechos fueron que su narcisismo perdió la batalla contra las inseguridades ante la ahora desfasada perfección física de su hijastra.
¿Significaba que era culpable indirecta de crímenes y muertes rocambolescas? Significaba diversión. ¿De qué habían empezado a hablar que los derroteros de la conversación habían virado a un recuento con los pies y manos que ambos tenían en el cuerpo de sus cuarenta principales muertes rocambolescas?
- ¡Ay, amo!, el de la suegra de la hija de María... - se cubría las risas con la mano - ¡Un barril de aceite herviente con serpientes! ¿Para qué eran las serpientes?
Amo, amo, amo...
- ¡Es doctor!
Y hasta ahí podía rememorar sin flashes salvajes por lo menos, mucha memoria fotográfica pero luego para lo importante... Sí, quizá recordase vagamente las náuseas, los fluidos y la sirena de policía... ¿de ambulancia? Ahora bien: cómo acabó en casa envuelto única y exclusivamente con una sábana y un visón doméstico y su jaula y pienso y demás equipamiento era un misterio.
No podía ser de otra forma, la noche en que la conoció tenía que estar a la altura de la noche en que la vio.
De vuelta al presente, no era fácil para una mente privilegiada como la suya evitar las conexiones neuronales automáticas y sucumbir a los recuerdos al ver que volvía a tenerla apalancada a su puerta justo cuando iba de camino a una de las cosas del selecto surtido a las que dedicaba su escaso tiempo, cómo no. Tampoco difícil; era una mente privilegiada. Simplemente dificultad media.
- Qué guapo estás con tu traje nuevo~.
Media hora antes le había dejado transparente a la niña que "a su Cristinina" la invitaba porque a diferencia de de otras era doctora (ni se molestó en preguntar cómo se había enterado, hasta tal punto llega la costumbre) y que no era bien recibida mientras esta iba a lo suyo como quien oye llover y le daba a la puerta del copiloto de SU coche como si no hubiera mañana, al son del cla-cla-cla-cla-cla imparable. Media hora.
¿Cómo había acabando aceptando su... no iba a decir "extraña" ni por todo el oro del mundo... amistad? Ah, sí, INSISTENCIA. Implacable y persistente insistencia.
Distraídamente se iba enrollando un mechón con el dedo. Se enredó. Siempre igual: hacía algún movimiento sencillo cualquiera y se le enredaba el cuerpo, lo que no le impedía enseñar muslo con premeditación y alevosía ni que al buen Stephen se le fueran los ojos porque al fin y al cabo todo médico es un ser humano con escalpelo entre las piernas y ser un ser humano con escalpelo entre las piernas es lo que tiene.
- ¡Doctor! - exclamó siguiéndole al trote - No sería propio de mí saltarme una de tus famosas peroratas.
A la semana y media de conocerla le impuso una orden de alejamiento, que llevaba once meses y cuatro días saltándose a la torera.
- Doctor... - bufó por lo bajini al cerrársele las puertas del ascensor en las narices.
Incluso a alguien tan distraído por su propia genialidad como él no se le había pasado la enorme casualidad que era toparse con la niña a diario por aquí, por allá, por acullá, ni las muchas, demasiadas rarezas que sucedían a su alrededor desde entonces.
- Doctor. - decían triunfantes su pecho henchido de orgullo y su frente brillante con las rojeces de los mamporrazos, sacrificio para llegar al aparcamiento y el coche antes que su legítimo dueño.
Siempre le llamaba doctor.
- Oma: no.
- ¡Pero si me adoran!
- Nada de pucheros. ¿Qué te crees, que en la sociedad neurológica entra cualquiera?
- Cualquiera no: nosotros.
- Voy a entrar en mi coche y a ir por mi cuenta a mi charla en la sociedad neurológica, tú te vas a quedar quietecita...
- ¿Tú has visto cómo conduces? - ojitos de cordero degollado - Si te matas yo quiero estar ahí para verlo...
Y se metió de un portazo y arrancó y la dejó ahí tirada, sabedor que la muy pesada estaría en la cena. Verla arrebatarle el limón al comensal adyacente y exprimir el zumo en su copiosa comida para después hundir los dientes en la pulpa y mascar la cáscara no sería tan malo. Sin embargo, había que asentar bases firmes o de lo contrario le das la mano y se te coge hasta el tuétano de la tráquea.
Llovía, caía agua a cántaros de los cielos sobre la carretera, gotas que impactaban sobre el alquitrán sin detenerse, lo mismo que el buen doctor en cada curva. ¿Pudo ser tal fenómeno natural una advertencia de, no sé, llámame demente, tener que conducir despacio? Nah, eso es para pobretones y gente con mucho tiempo libre.
Alcanzado el sendero de la montaña, la suave luz del horizonte y el claro riesgo del acantilado que bien podrían haber bautizado Mírame y no te acerques recibieron menos atención por su parte que el vibrante móvil.
- Billy. ¿Qué tienes para mí?
¿Para qué decir más? Protagonizó el mejor anuncio Si conduces, dile NO al móvil de la Historia.
El coche hecho trizas, de pie en el agua, la luna del automóvil hecha añicos, esquirlas del tamaño de un cuchillo de mantequilla en las gloriosas manos, ¿de qué te sirve tu prodigioso cerebro ahora, ah?
Permaneció allí... ¿mucho tiempo?
En su empañada visión alcanzó a alucinar con las manos de Oma, suaves y frías, acariciando su ensangrentado rostro macilento. Se manchaban con su mácula, y ese blanco con tanto rojo iba hacia la tierna boca, para chuparse los dedos.
Una voz dulzona, de cadencia armoniosa.
El coche hecho trizas, de pie en el agua, la luna del automóvil hecha añicos, esquirlas del tamaño de un cuchillo de mantequilla en las gloriosas manos, ¿de qué te sirve tu prodigioso cerebro ahora, ah?
Permaneció allí... ¿mucho tiempo?
En su empañada visión alcanzó a alucinar con las manos de Oma, suaves y frías, acariciando su ensangrentado rostro macilento. Se manchaban con su mácula, y ese blanco con tanto rojo iba hacia la tierna boca, para chuparse los dedos.
Una voz dulzona, de cadencia armoniosa.
- Te dije que quería verlo. ♡
Era una noche sin estrellas, como de costumbre.
Continuará...
¡Por fin! Empieza la acción, señoras y señores~.
Wow
ResponderEliminarWow
Me ha gustado mucho el final.
Me encanta porque he imaginado la escena
"te dije que quería verlo"
Deduzco de todo esto con mis dotes detectivescas de Batman que te ha gustado el capítulo. XD
EliminarAy, pobre Strange, acosado día y noche, noche y día.
ResponderEliminarMe ha hecho especial gracia lo de la borrachera y tu descripción del beso de Oma. Me da que la pobre de momento, más que besar, asfixia con la lengua.
Me resulta curioso que Oma no se plantee que está siendo rival para la doctora Palmer. O que la doctora Palmer sea rival para ella. Me gusta ese detalle.
Me encantan las descripciones de las excentricidades de Oma (por llamarlas de alguna forma). Soy perfectamente capaz de imaginarme a la gente mirándola en plan "qué se ha fumado esta chica?".
Qué cierto lo del anuncio xD
Me ha gustado el final. Oma da un poquito de mal rollo a veces xDD
La culpa es suya por salvar a la gente y explorar bocas ajenas. XD
ResponderEliminar[Se ruboriza] Te haría un chiste alcohólico, pero mejor me reservo esa veta antes de agotarla del todo. XD
Te da bien. XD
Se puede decir que Oma está por encima de esas rivalidades y celos. XD
♡
A veces piebso que Doctor Strange es el último paso de "Ahora que no bebes, no te drogas y paras para descansar, da el siguiente paso... ve caminando". XD
¿Solo un poquito? ¡Deshonra sobre mi vaca! XD